El cine, of course, como núcleo y corteza.

Una revisión heterogénea, un atisbo desigual, un recóndito dictamen, una perspicaz estimación.

Cinefilia, cinefobia y cinema paradiso.

viernes, 15 de marzo de 2013

Locura ecuánime


Cuando alguien se convierte en un títere al son de los acontecimientos que transcurren a su alrededor sin poder hacer nada para evitarlo. Cuando las circunstancias escapan a su control. Cuando el universo conspira para destruirle sin merecerlo es entonces cuando empleamos los términos de “azar”, “caos” o “locura”.














A medio camino entre el thriller y el fantástico este mes os traigo un film excelente. Posee los tres elementos que encuentro más importantes o que a mi más me gustan como espectador para que una película resulte apetecible: el amor, la injusticia y los viajes en el tiempo.

Algo desconocida en España debido al tráiler, la carátula y la promoción en general que se le hizo en nuestro país intentando vendérnosla (desconozco el por qué) como un film de terror y con mejor acogida en el resto del mundo, sobretodo en USA a pesar del título “The jacket”, el cual considero demasiado simplón para un relato de tal envergadura. Si bien es cierto que en Sudamérica la titularon “Regresiones de un muerto”, el cual considero demasiado estúpido para cualquier tipo de relato excepto la serie Z.
Y digo yo, ¿no hubiera sido más fácil mantener el título de la novela, “The star rover” (El vagabundo de las estrellas)?
Sí, algo pretencioso... pero puestos a elegir...

Del contenido de la cinta podríamos lanzar múltiples elogios tales como el casting, la química entre los dos protagonistas, la puesta en escena y sobretodo la capacidad esquemática de la narración. Ya sabéis, no por alargar el metraje cuentas más cosas. Es una de las reglas cinematográficas más importantes: si puedes contar algo en un minuto no malgastes tres.
Prueba de ello es la secuencia en la que se conocen por primera vez (Con Keira Knightley adulta) donde a pesar de su corta duración y sin apenas diálogos vislumbras un mundo de posibilidades entre ellos.

Mejor aún las secuencias de esa maravillosa subtrama protagonizada por Jennifer Jason Leigh y su paciente Babac, un total de tres de no más de un par de minutos, donde únicamente con las dos primeras el espectador obtiene información más que suficiente para saber todo lo necesario de tres personajes y con la tercera, de igual duración, obtiene la clave del conflicto de la trama principal.

Eso es cine, muchach@s.