El cine, of course, como núcleo y corteza.

Una revisión heterogénea, un atisbo desigual, un recóndito dictamen, una perspicaz estimación.

Cinefilia, cinefobia y cinema paradiso.

jueves, 4 de abril de 2013

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"Ni tu, ni yo, ni nadie golpea más fuerte que la vida", Rocky Balboa.

viernes, 15 de marzo de 2013

Locura ecuánime


Cuando alguien se convierte en un títere al son de los acontecimientos que transcurren a su alrededor sin poder hacer nada para evitarlo. Cuando las circunstancias escapan a su control. Cuando el universo conspira para destruirle sin merecerlo es entonces cuando empleamos los términos de “azar”, “caos” o “locura”.














A medio camino entre el thriller y el fantástico este mes os traigo un film excelente. Posee los tres elementos que encuentro más importantes o que a mi más me gustan como espectador para que una película resulte apetecible: el amor, la injusticia y los viajes en el tiempo.

Algo desconocida en España debido al tráiler, la carátula y la promoción en general que se le hizo en nuestro país intentando vendérnosla (desconozco el por qué) como un film de terror y con mejor acogida en el resto del mundo, sobretodo en USA a pesar del título “The jacket”, el cual considero demasiado simplón para un relato de tal envergadura. Si bien es cierto que en Sudamérica la titularon “Regresiones de un muerto”, el cual considero demasiado estúpido para cualquier tipo de relato excepto la serie Z.
Y digo yo, ¿no hubiera sido más fácil mantener el título de la novela, “The star rover” (El vagabundo de las estrellas)?
Sí, algo pretencioso... pero puestos a elegir...

Del contenido de la cinta podríamos lanzar múltiples elogios tales como el casting, la química entre los dos protagonistas, la puesta en escena y sobretodo la capacidad esquemática de la narración. Ya sabéis, no por alargar el metraje cuentas más cosas. Es una de las reglas cinematográficas más importantes: si puedes contar algo en un minuto no malgastes tres.
Prueba de ello es la secuencia en la que se conocen por primera vez (Con Keira Knightley adulta) donde a pesar de su corta duración y sin apenas diálogos vislumbras un mundo de posibilidades entre ellos.

Mejor aún las secuencias de esa maravillosa subtrama protagonizada por Jennifer Jason Leigh y su paciente Babac, un total de tres de no más de un par de minutos, donde únicamente con las dos primeras el espectador obtiene información más que suficiente para saber todo lo necesario de tres personajes y con la tercera, de igual duración, obtiene la clave del conflicto de la trama principal.

Eso es cine, muchach@s.

miércoles, 6 de febrero de 2013

El sacrificio


En un primer visionado no me gustó, quizá por las expectativas o tal vez porque esperaba un Batman indestructible. En un segundo visionado me apasionó, descifré que las grandes obras, múltiples y heterogéneas, merecen un reposo y una reflexión.


Obviando que en el cine todas las artes que conviven son importantes y que el guión juega un papel fundamental, la visión que imprime el director encauzando todos los elementos bajo su batuta y armonizando el conjunto es, sin duda y por si alguien aún no lo sabía, lo más importante.

Un mismo libreto audiovisualizado por dos directores diferentes resultaría en dos películas diferentes... y si no observen ustedes el “Asesinos Natos” de Oliver Stone- guión de Tarantino o el “Scarface” de Brian de Palma- guión de Oliver Stone.

Hablando de Batman no podemos descuidar la mención de uno de sus antecesores más importantes: Tim Burton y su genial, oscuro y estilizado enfoque. Oscuro y genial son dos adjetivos que también comparte Cristopher Nolan, de hecho el primero de ellos da título al film, pero el tercer adjetivo, estilizado, es justamente lo contrario a la perspectiva realista de “El Caballero Oscuro”. Estilización y realismo, dos tendencias opuestas para narrar una misma historia, dos tendencias desiguales y acertadas.

En realidad no quería hablar de todo esto, iba a centrarme en el tema de la película pero a veces te asaltan sorpresas inesperadas...
El tema. ¿Qué es el tema? Para hablar del tema antes hay que hablar de la historia y para hablar de la historia necesitaríamos varios días o muchos folios, ya sabéis: las tramas, los puntos de giro, los personajes, los diálogos, el contexto, el subtexto, el metatexto... esto último me lo he inventado.

La historia es lo que se cuenta y el tema es aquello de lo que se habla.
¿Cuál es el tema del film? Al final os lo cuento.

En soledad y sombras Bruce Wayne dedica su energía, su fuerza y su tiempo a luchar contra el crimen de Gotham City. Lucha para mejorar las cosas, para poner un poco de orden en un mundo caótico y cruel. Corrupto. Sucio. Feo. Malvado. Él es el bien y lucha contra el mal. Dedica toda su vida a tal empresa. Nadie sabe quién es. Nadie puede saber quién es, porque en tal caso le harían daño a él o a las personas de su alrededor. Nadie se lo agradece. Ningún reconocimiento, premio, sonrisa, aplauso o palmadita en la espalda. Nada. Su vida en juego cada noche para ayudar a los demás y al llegar a casa, nada. Solo su oscura soledad y nada ni nadie más. Nada.

Él es un símbolo y ese símbolo, de justicia y esperanza, está por encima de su persona; y él lo sabe. Son sus palabras.

Harvey Dent es el “Caballero Blanco” de Gotham, el fiscal incorruptible que ha detenido a decenas de criminales, pero Batman no tiene celos de él, al contrario, le aprecia por su integridad y por luchar, como él, contra “los malos”. Harvey Dent es corrompido por el mal, comete crímenes atroces y termina muriendo.
Batman asume los crímenes de Harvey Dent, para que éste quede limpio y permanezca intacta su figura y sus valores.
Ahora Batman es el malo. Ahora Batman es “El Caballero Oscuro”.


“Mueres siendo un héroe o vives lo suficiente para convertirte en un villano”.

Tema de la película: El sacrificio.

sábado, 12 de enero de 2013

El nivel 8


“Todo lo que tengo en este mundo son mi palabra y mis cojones”, Tony Montana.

Oliver Stone escribió el guión en Francia mientras se desintoxicaba de su adicción a la cocaína. Eso no significa nada, pero bueno, ahí está el dato... también realizó un trabajo de documentación exhaustivo consultando con la policía de Miami y la DEA e incorporó al film crímenes reales de la época. Esto sí significa algo...


“El mundo es tuyo” es el lema de la película, como dice Tony Montana: “Esta ciudad es como un gran coño esperando a que lo jodan”.


“El precio del poder”, título en español bastante acertado.

El ascenso desde la nada hasta lo más alto y el descenso desde lo más alto hasta la nada. Al pobre Tony Montana se le va de las manos y al final todo acaba desmoronándose. Eso sí, una muerte antológica, enfrentado él solo ante un ejército de hombres armados, disparándole con ametralladoras en el pecho, cientos de balas, y él de pie, firme, puesto de cocaína hasta el límite, y gritando: ¿¡creéis que podéis matarme con balas!? Y siguen disparándole... y él se mantiene de pie... y las balas siguen atravesando su cuerpo... y él sigue de pie... y maldiciéndoles y de pie... y los disparos siguen y siguen... y cuando, como espectador se te pasa por la cabeza un segundo “éste tío es inmortal... pero inmortal de verdad”... es entonces cuando cae... y no te da pena, ni alegría ni indiferencia, es como todo junto, todos esos sentimientos a la vez, como una visión metafísica-filosófica que hace que entiendas al hombre- ser humano- vida- mundo- universo. Algo así, más o menos. Por eso no es un happy end pero tampoco una tragedia, es algo que va mucho más allá. Una reflexión universal que nos asola a todos en algún momento y que hemos vivido, leído y en este caso visto en las carnes del mejor actor de todos los tiempos: Alfredo James Pacino.