El cine, of course, como núcleo y corteza.

Una revisión heterogénea, un atisbo desigual, un recóndito dictamen, una perspicaz estimación.

Cinefilia, cinefobia y cinema paradiso.

martes, 11 de septiembre de 2012

Realismo mágico

Hace años, cuando estudiaba cine en Madrid uno de mis profesores nos hablaba acerca de la diferencia entre Realismo y Naturalismo, el primero como base del Teatro, ya sabéis mostrar por medio de elementos metafóricos (caballos de madera, decorados de papel que representan el mar, etc...) una “realidad”, lo que él llamaba “ficción”; y el segundo empleado en el séptimo arte, ya sabéis mostrar por medio de elementos reales o lo más reales posibles (localizaciones concretas, decorados, ordenador...) una “verdad”, lo que él llamaba “ilusión”. Hasta aquí todo claro. Sin embargo, insistía en la diferenciación de ambas corrientes y la imposibilidad de emplearlas en otro movimiento artístico que no fuera el suyo propio. A mí esto me chocó bastante pues todas las tendencias, movimientos, géneros, estilos y demás se mezclan, evolucionan y en el arte se innova constantemente. Esto lo pienso ahora pero ya lo pensaba entonces y estamos hablando de hace muchos años...


Entonces me vino a la mente una película que había visionado recientemente, de forma muy grata por cierto: “El lado oscuro del corazón” y que se comentaba que era “Realismo Mágico” llevado al cine. Yo no tenía ni idea de qué era eso pero como estábamos en clase hablando precisamente del Realismo la mencioné. Ahora sé que el movimiento surge de la literatura sudamericana a mediados del siglo XX y bla, bla, bla... La cuestión es que mi profesor evadió con cierto estilo mi pregunta y perseveró en la divergencia de ambas tendencias. Reiteré mi postura exponiendo ejemplos del film pues lo tenía muy fresco y concordaba con muchas características que él estaba exponiendo en clase acerca del Realismo y la ficción. No lo hice por quedarme con él, resaltar o llamar la atención, en serio, simplemente quería aclarar mis dudas con algo que a priori parecía sencillo y evidente. Pues si yo reincidí él lo hizo aún más y desde su elevada posición (entonces aún habían tarimas) arremetió contra mí, con elegancia y sin faltarme al respeto, pero de forma irracional defendiendo lo indefendible por el simple hecho de no rectificar su inicial postura o tal vez por no querer reconocer un error o simplemente por orgullo. Ni siquiera dio la opción de un “bueno, como en todo hay excepciones”, nada, eso era imposible. Pues vale.

Al final no he hablado de la película...
Solo dos cosas: que a todo aquel que no la haya visto se la recomiendo y que es una película de Realismo Mágico, sí, sí, una película de Realismo Mágico.

Y os regalo un fragmento:

"Ana me partió el corazón,
pero al herirlo lo creó.
Nunca lo entenderías,
mi pobre Ana,
mi querida Ana.
Nunca hubiera podido pagarte lo que hiciste en mí:
iluminaste el lado oscuro de mi corazón.
¿Por qué decidiste permanecer pobre,
dejándome a mí tan rico?"

Y ya puestos... banda sonora que emociona y estremece, planos que van más allá del lenguaje narrativo y la estética, poemas de Mario Benedetti, en fin, un placer para los cinco sentidos.