El cine, of course, como núcleo y corteza.

Una revisión heterogénea, un atisbo desigual, un recóndito dictamen, una perspicaz estimación.

Cinefilia, cinefobia y cinema paradiso.

domingo, 6 de noviembre de 2011

La belleza

¿Qué es la belleza? Porque está claro que la mayor parte del tiempo empleamos el término de forma incorrecta, pues solemos atribuirlo a algo hermoso. Puede que algo hermoso sea a la vez bello, pero no son sinónimos.

"El Grito" de Munch o "El Guernica" de Picasso son cuadros oscuros, trágicos, el primero incluso terrorífico y el segundo despiadado y cruel; pero ambos son bellos. La música de Mozart, alegre, y la música de Beethoven, triste, también muy bellas.


Bien, podríamos decir que la belleza es una especie de placer sensorial que experimentamos por medio de nuestros sentidos y que está íntimamente ligada a la estética, el equilibrio o la armonía.

Bien (otra vez), vayamos con la película en cuestión: "La vida es bella", dividida en dos partes claramente delimitadas por medio de un giro inesperado en la trama llamado reversal, muy difícil de integrar a nivel técnico pero que si se emplea bien puede dar unos excelentes resultados, provocando un cambio de objetivo en el protagonista e incluso un cambio de género del film. Momento de sobra conocido por cualquiera que la haya visto.


En la primera parte, radiante y optimista, predominan los exteriores, los planos abiertos, los colores vivos y la luz natural de día.





El plano general del campo de concentración de noche y vacío que transmite sordidez y desamparo abre narrativamente la segunda parte, donde resaltan los interiores, los planos cerrados, los colores grises y la penumbra.


Objetivo del protagonista en la primera parte: conquistar a su amada (comedia romántica).
Objetivo del protagonista en la segunda parte: salvar la vida de su hijo (drama trágico).

Como anécdota comentar que la actriz protagonista "Nicoletta Braschi" es la mujer en la vida real de Roberto Benigni y ha protagonizado numerosas películas suyas.

Lo más significativo, o al menos lo que a mí más me gustó, es cuando el protagonista trata esos momentos de martirio interior de una forma natural y risueña con el fin de proteger a su hijo y el espectador no sabe si reír o llorar.